Es necesario aclarar, y que sea
necesario debería darte un cariz de lo grave de la situación en la
que vivimos, que reivindicar derechos del varón no supone menoscabar
los derechos de la mujer; es decir, que lo uno no pretende anular lo
otro, sino todo lo contrario: caminar juntos por la senda de la
igualdad. Pero la igualdad real, sin sesgos "de género" ni
maniqueísmos políticos, ni añagazas mediáticas.
La igualdad real implica equilibrar los
dos platos de la balanza y jamás conceder ventajas a unos sobre
otros, con el principio buenista de querer ayudar a los más
desfavorecidos a través de la discriminación de terceros. La
"discriminación positiva", por tanto, es una aberración
de tamaña envergadura comparable al oxímoron que supone emplear una
semántica tan contradictoria. ¿Acaso la discriminación no deja de
ser negativa pese al empleo del adjetivo "positiva"?
Las consecuencias son, inevitablemente,
que unos se aprovechen de prevendas injustificables mientras otros
ven cómo recae sobre ellos el peso de castigos muy injustos: la
petición desoída de la custodia compartida, ser esquilmado durante
el proceso de divorcio, la terrible tortura de enfrentarse a
denuncias falsas, etc.
Navegante, si has leído hasta aquí,
te invito a que accedas a la información que viene en este blog y
leas la información que aquí se presenta. Que la leas, no para
convencerte de nada sino para que pienses por ti mismo. Para que
conozcas la REALIDAD. También eres libre de seguir tu travesía
lejos de este sitio fuera de una realidad o seguir encendiendo la
tele y los medios de comunicación al margén de la realidad. (para
muchos como ocurre en la peli de Matrix es mucho mejor no salir)
Pues con todo lo dicho ustedes son
libres de decidir que pastilla tomar la roja o la pastilla azul, la
decisión es tuya.
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