sábado, 12 de julio de 2014

El bicho de Bibiana

Teníamos en el Gobierno a la Ministra Bibiana, prodigio de ser moderno, lista, valiente y lozana. Aunque joven, la Ministra ya tiene descubrimientos que a la Ciencia le administra con sagaces fundamentos. Vio que en lo gramatical no es miembro sino que es miembra, al discurrir, ¡qué genial! que ella no es hembro, que es hembra. Su postrer descubrimiento lo ha logrado en Biología, donde casi es un portento y ha puesto la Ciencia al día. Alguien micrófono en mano le preguntó intempestivo: -¿Es el feto un ser humano? -¡No señor, es un ser vivo! ¡Olé el saber y la gracia! ¡Loor a su inteligencia! ¡Cómo evita la falacia! ¡Qué agudeza, qué sapiencia! Mas no quiso precisar el género ni la especie; ¿es un pez, un calamar, algún bicho que se precie? ¿Un alienígena verde con pintas de ser marciano?; ¿un lagarto que hasta muerde?; ¿un bicho que no es humano…? Ella le deja a la Ciencia clasificar al bichejo (que de pronto y con prudencia, ¿tendrá aspecto de conejo?) Poco importa el aclarar si es un mochuelo o perdiz, lo que importa es evitar que se instale en la matriz. Mientras pide a la Genética el informe respectivo, deja muy libre a la Ética de cazarlo muerto o vivo. Y si alguna adolescente piensa que tiene un bichito, sin decírselo a su gente puede darle el finiquito. Tal como el asunto amaga, no se trata de abortar: es evitar que una plaga se acabe por implantar. Esto aplaca la conciencia; tal cosa ya no es matar, más seguro es que la Ciencia, llame al asunto ¡cazar! Preguntarán las mujeres al padre de su embarazo: ¿Un bicho así, tú lo quieres o lo cazamos al lazo? La mujer dirá al marido: te recuerdo que eras bicho; no me seas presumido; doña Bibiana lo ha dicho. Y si no quieres pensar porque no te dé la gana, que hasta fuiste calamar, protesta a doña Bibiana. Mas si tuviera Bibiana un ser vivo en su matriz (un potrillo, una curiana) ¿cazarlo la hará feliz? Cuando Aído fue un bichito, sus padres, -los naturales, lo dejaron tranquilito; ¡qué amor por los animales! ¡Para ministro se nombra aquí, al más animal; da lo mismo hombre u hombra, antropoide o marsupial!


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