sábado, 12 de julio de 2014

Escandaloso caso de discriminación por ser hombre


Pongo un ejemplo de un caso de los cientos de miles que ocurren en España impunemente.

Este caso de aberrante discriminación e injusticia con tremebunda indefensión por el sólo hecho de ser hombre, Juan Acacio lleva sin ver a su hija Irene desde julio de 2010 porque a la madre se le puso en sus santos ovarios apartar al padre de la vida de su hija y toda su familia extensa (abuela paterna, tías, etc.) con el único objetivo de hacer daño, cumpliendo a rajatabla las directivas del feminismo fanático enquistado en los poderes públicos (‘empoderamiento de las mujeres’ dicen ellas), que alienta a aplicarle a los varones heterosexuales el típico pack de denuncia falsa => orden de alejamiento, por lo que en cuanto el papá denunció lógicamente el delito de la madre sustractora, le cayó como infame represalia una falsa denuncia de maltrato que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº1 de Cuenca se apresuró a tramitar (para eso están), ignorando su incompetencia territorial (debió inhibirse en favor del juzgado de Tarragona donde teóricamente sucedieron los hechos), pero en vez de eso y aumentando el daño, ordenó automáticamente una orden de alejamiento contra el falsamente denunciado Juan y sin darle la posibilidad de audiencia ni defensa alguna, como es habitual en estos tribunales de excepción de corte nazi, donde no se juzga por lo que hace un ciudadano sino por lo que es: un hombre.


Esta jurisdicción especial por razones de sexo en España es más estrafalaria aún si cabe, teniendo en cuenta que la mujer en España tiene más tendencia a delinquir que las mujeres del resto de Europa, como dice el propio Instituto de la Mujer.


El artículo 68 de la ley de violencia de género dice:

Artículo 68. Garantías para la adopción de las medidas.
“Las medidas restrictivas de derechos contenidas en este capítulo deberán adoptarse mediante auto motivado en el que se aprecie su proporcionalidad y necesidad, y, en todo caso, con intervención del Ministerio Fiscal y respeto de los principios de contradicción, audiencia y defensa.”

Nada de esto ha cumplido la jueza de Cuenca, que además viene ignorando todos los escritos de la abogada de Juan Acacio y además los del Ministerio Fiscal, que lógicamente apoya todos los recursos presentados por el atribulado papá.

Hacemos un llamamiento a todos para gritar con fuerza “Todos somos Irene” acompañando en Tarragona al papá Juan Acacio manifestando nuestra adhesión a su protesta, y mostrando nuestra más absoluta repulsa contra la actuación del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº1 de Cuenca por su bochornosa, discriminatoria y anti-jurídica conducta en contra de un papá, su hija y su abuela, protegiendo a una madre sustractora que utiliza a su hija como arma de sufrimiento, en contra de las leyes nacionales y europeas.


PAPÁS Y ABUELOS DE ESPAÑA, DEFENDED VUESTROS DERECHOS. No os quedéis callados soportando las vejaciones del feminismo fanático, denunciad sin miedo y pedir ayuda!





No hay comentarios:

Publicar un comentario